Plantón: El Ceibo eres tú
Sí, el ceibo eres tú, soy yo, son ustedes que están aquí acompañándonos hoy. Son los miles de personas que han protestado por ese ceibo que hoy ya no está aquí, y muchos más, que aman la naturaleza y nos hacen saber de su apoyo de muchas maneras.
El ceibo somos todos, pero aparentemente el ceibo no es Jaime Nebot. Lamentablemente el ceibo representa a la ciudad, pero no significa nada para el municipio de Guayaquil.
Hoy estamos aquí para hacerle saber al alcalde que está equivocado, que los árboles y la naturaleza son indispensables para la vida del ser humano. No se puede hablar de desarrollo si no se toma en cuenta a la naturaleza. Eso es desarrollo sostenible señor alcalde, no lo que sus malos asesores le dicen.
Guayaquil no tiene las áreas verdes que tanto se promueve, eso es falso. La expansión horizontal de la ciudad se ha encargado de terminar con la mayor parte de las áreas silvestres que la rodeaban.
Guayaquil no ha incrementado los pulmones verdes de la ciudad, hemos incrementado las áreas adoquinadas, las canchas sintéticas y los parques llenos de cemento. Los viveristas han llenado sus bolsillos a punta de palmas y especies introducidas que tanto afectan a nuestro frágil bosque seco.
Pero ahora resulta que no solo se siembra lo que no se debe, sino que además talamos lo poco que nos queda y para disimular se proponen ordenanzas o se hacen concursos de belleza ambientales en una ciudad que no es capaz de cuidar un árbol que debería ser considerado patrimonial. Una escultura que a la naturaleza le tomó 100 años dibujar, a un contratista municipal le tomó menos de una hora tumbarlo.
Sin embargo, aquí no hemos venido a llorar por el árbol. No, aquí estamos para protestar y exigir que se corrija este error y esto no se repita. Por eso proponemos señor alcalde una ordenanza que asegure la protección y conservación de los árboles nativos y antiguos de Guayaquil, que deben considerarse como uno de los activos más importantes de nuestra ciudad y nuestra historia.
Nuestra fundación ha sembrado más de 15,000 árboles en todo el país, pero lamentablemente aquí en Guayaquil, nuestra ciudad, apenas hemos sembrado 500 de esos 15,000. Nos hemos cansado de adornar con cartas los escritorios del municipio pidiendo espacios para sembrar más árboles, árboles que entregamos sin ningún costo y sin pedir nada a cambio, pero lamentablemente solo recibimos excusas para no hacerlo.
Señor alcalde, yo le tengo mucho respeto y reconozco lo bueno que usted ha hecho por la ciudad, pero no puede ser que siga escuchando a los dinosaurios que tiene a su lado, por favor escuche a la gente joven con buenas ideas, preparada, inteligente, que buscamos un mejor futuro para nuestros hijos.
Los cientos de personas que estamos aquí y los miles más que nos respaldan, le demuestran que este es un tema importante y que no puede hacerse el sordo ante este clamor ciudadano. Demuestre su sensibilidad y humildad para corregir este error, porque si usted no lo hace, nos vamos a asegurar que esto no se repita. Quiero que usted sepa que con ordenanza o sin ordenanza, mi voz de protesta se va a escuchar cada vez que se quiera cometer un atropello contra la naturaleza, ¡yo voy a ser la voz de los árboles que no tienen voz!
President & Founder de Fundación La Iguana