Los bosques, poderosos aliados para enfrentar el cambio climático
Desde 6 al 17 de noviembre, se desarrolló en Bonn, Alemania la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, #COP23. A dos años del Acuerdo de París (de mantener el incremento de la temperatura global muy por debajo de los 2°C y si es posible a 1.5°C), la conferencia de Bonn, tiene el propósito de presionar a las naciones a implementar acciones enfocadas a enfrentar el continúo calentamiento global y alcanzar los 17 objetivos planteados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible , asegurando el desarrollo seguro y el bienestar de la población mundial. Durante la convención, ahora más que nunca, se ha involucrado a los bosques como uno de los temas principales en las propuestas y diálogos a distintos niveles, debido a su rol esencial en el secuestro de carbono y la reducción de riesgos de desastres naturales.

Volcán Cayambe, Pichincha, Ecuador. Foto: M.V.Chang
La amenaza del calentamiento global y la abrumadora evidencia de eventos climáticos extremos
En los últimos 15 años, el rápido crecimiento en el uso de combustibles fósiles ha provocado un agravamiento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero a las cifras más altas. Las concentraciones de dióxido de carbono (con una alza de 280 ppm en la era industrial a 400 ppm en el 2014), alcanzaron el pico en la historia humana, aumentando las temperaturas superficiales anuales y causando un riesgo climático significativo.

Fuente: National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), Nationals Center for Environmental Information (NCEI)
Consecuencias adicionales a los extremos fenómenos meteorológicos (muchos de los cuales se han fortalecido debido al cambio climático), se incluyen entre otras, la pérdida de hielo marino en el océano Ártico, la reducción de glaciares de montaña, el aumento del nivel del mar, la acrecentada mortalidad de los arrecifes de coral y la pérdida de especies en peligro y de frágiles ecosistemas como la Antártica, el Amazonas y las Islas Galápagos.
A pesar de los desafíos que implica hacerle frente al cambio climático, aún estamos a tiempo de lograr los objetivos propuestos, sin embargo, es necesaria la adopción de políticas rigurosas y medidas agresivas encaminadas principalmente a remover y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Bosque Polylepis, Carchi, Ecuador. Foto: M.V.Chang
La participación de los bosques dentro de la Acción Climática Global
La Alianza de Marrakech para la Acción Climática Global (ACG) es un programa de eventos, dentro de la conferencia de Bonn, en el que se cubrieron temas primordiales (energía, agua, océanos y zonas costeras, asentamientos humanos, transporte, industria y bosques) y temas transversales, y durante el cual, se presentaron proyectos de cómo ciudades, regiones, empresas privadas y gobiernos, trabajan colaborativamente para ejecutar acciones orientadas a alcanzar el Acuerdo de París.
En el día de los bosques, gobiernos y empresas establecieron planes de manejo forestal sostenibles orientados a disminuir las emisiones de carbono y conseguir la meta propuesta en el Acuerdo de Paris, objetivos factibles únicamente a través de la protección e incremento de la superficie de nuestros bosques.
El rol de los bosques es crítico para capturar y almacenar gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono mediante el proceso químico de la fotosíntesis. Además, los bosques saludables no sólo capturan el carbono de la atmósfera y lo almacenan en su estructura, sino que también proveen de importantes bienes y servicios ecosistémicos como madera, alimento, medicinas, intercambio de nutrientes, fertilización del suelo, purificación del aire y agua, protección de la biodiversidad, etc.
La mitigación al cambio climático depende del correcto manejo de la tierra y el aumento de sumideros de carbono
Para lograr cumplimiento de los objetivos de París y obtener un adecuado balance de CO2 en la atmósfera, se requiere una reducción drástica y una extracción significativa de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, mediante estrategias de secuestro de carbono que integren a los actores involucrados.
A pesar del conocimiento mundial sobre la importancia de los bosques en la misión de frenar el cambio climático, la deforestación y degradación forestal continúan siendo causas relevantes de las emisiones globales. La deforestación por sí sola, aporta con aproximadamente el 10% de las emisiones ya que, al aclarar los bosques, estos liberan a la atmósfera el carbono que mantenían reservado. Factores indirectos de la deforestación, incluyen entre otros la agricultura y ganadería, el manejo inadecuado de bosques, la minería, la infraestructura y expansión urbana, la tala ilegal y el fuego.
Ya que el sector primario comprende el 25% de las emisiones totales, algunas de las estrategias propuestas, no sólo conllevan actividades con una alta capacidad para limitar el calentamiento global (de 1.5 o 2°C), sino que además otorgarían servicios ambientales y bienestar a las comunidades que dependen de esos territorios. Medidas prioritarias buscan aprovechar el potencial del uso de la tierra para la mitigación al cambio climático y la remoción de carbono mediante la reducción de la deforestación y degradación; la restauración de los bosques (aforestación, reforestación, agroforestería, etc.); el control de fuego e incendios forestales y un manejo forestal sostenible. Se estima que el sector primario podría favorecer considerablemente la reducción de emisiones anuales.

Río Pastaza, Amazonía, Ecuador. Foto: M.V.Chang
La cubierta forestal en Ecuador y las amenazas actuales
La deforestación y degradación forestal, así como sus causas subyacentes tales como, la expansión agrícola y urbana, extracción de minerales y petróleo y tala ilegal, son factores latentes que, atentan contra la conservación de los distintos ecosistemas naturales y extraordinaria diversidad biológica de Ecuador. Para dar un ejemplo, el Parque Nacional Yasuní, documentado como el área más biodiversa de América del Sur, y probablemente del mundo entero, ya que hospeda un elevado número de especies de animales y plantas, actualmente se encuentra en terrible riesgo por proyectos de desarrollo ligados a la extracción de petróleo.

Mapa de la pérdida de cobertura arbórea de Ecuador (marcada en rosado) desde el 2001 al 2016. Fuente: Global Forest Watch
Según datos de la FAO, desde el año 1990 al 2014, se han aclarado un estimado de 54 mil hectáreas de bosque por año, siendo la pérdida de cubierta forestal identificada, desde el 2001 al 2016, de 679,837 hectáreas. Para el año 2011, en Ecuador, el 60.2% de las emisiones de gases de efecto invernadero provinieron del cambio del uso del suelo, producto de la agricultura, silvicultura y ganadería. Lo anterior nos muestra el gran potencial de mitigación de este sector ya que, además las reservas de carbono (en biomasa forestal viva), representan cerca de 1.5 millones de toneladas métricas.

Pérdida de la cobertura arbórea en hectáreas (2001-2016). Fuente: Global Forest Watch
¿Qué propone Ecuador para combatir el cambio climático?
El preservar y extender nuestros bosques, es elemental para seguir el camino hacia el cumplimiento de la meta de Paris. Ecuador ha confirmado su compromiso para proteger el medio ambiente y combatir el cambio climático, ratificando el Acuerdo de Paris y proponiendo una iniciativa para reducir 15 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono en el sector forestal, principalmente a través de la reducción de la deforestación y degradación de los bosques, la conservación de reservorios de carbono, el manejo forestal sostenible e incremento de contenidos de carbono.
Estudios científicos han estimado que los árboles tropicales recogen y almacenan el 95% de todo el carbono secuestrado por árboles en el planeta, enfatizando que los bosques tropicales secuestran alrededor de 600 Kg. de carbono por hectárea. Para Ecuador, esto significaría lo equivalente a reforestar alrededor de un millón de hectáreas de bosques al 2050, para cumplir la propuesta planteada durante la convención en Bonn el pasado 12 de noviembre.
Conclusiones finales
Sin duda, el obedecer el Acuerdo de Paris, es una misión difícil, pero sin lugar a dudas lo mejor que podemos hacer para ganarle la lucha al cambio climático, es mantener los bosques en pie e implementar estrategias multisectoriales enfocadas a optimizar la gestión ambiental y a aplicar tecnologías sostenibles que nos asistan en la absorción de gases de efecto invernadero, asegurando el desarrollo y bienestar de la población. Conjuntamente, las iniciativas para mitigar el cambio climático, crean oportunidades de éxito para lograr los Objetivos de Desarrollo Sustentable, ya que impulsan la productividad agrícola, aseguran la protección de la biodiversidad, la disposición de servicios ambientales y fortalecen a las comunidades locales, cuyos medios de vida están ligados a la tierra.
Cabe también recalcar, la importancia de los territorios urbanos ya que, en ellos la energía solar y el calor se absorben más que en las áreas rurales, reduciendo la evapotranspiración y creando ambientes más cálidos (los que se espera empeoren con el cambio climático). Sin embargo, existe un potencial para regular los microclimas urbanos agregando vegetación, como árboles y techos verdes en ambientes urbanos. Esta alternativa dará como resultado la disminución de las horas de calor, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el ahorro de energía con beneficios adicionales de productividad, salud y calidad de vida de las personas.
Es importante que la población no dependa únicamente de los gobiernos para tomar medidas de mitigación. En los últimos años, organizaciones públicas y privadas, se han esforzado en promover variedad de estrategias, que consoliden las relaciones entre actores e implementándose conjuntamente con los habitantes con el fin de crear conciencia y desarrollar medios de vida que no dañen los ecosistemas y permitan un ambiente más agradable, biodiverso y menos cálido. Organizaciones locales como la Fundación La Iguanacon el proyecto Sembrando una Ciudad, realiza reforestación urbana con árboles nativos en diferentes ciudades del Ecuador continental y Galápagos; la Fundación Probosque que además de proteger la reserva de 6 mil hectáreas de bosque seco tropical en Guayaquil, ha trabajado arduamente en la restauración de 600 hectáreas del bosque Cerro Blanco con 35 especies forestales nativas.
Evidentemente, el sector primario es de notable importancia en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, tenemos más de una posibilidad y más de un sector deben participar paralelamente, ya que una sola estrategia no será suficiente. En Ecuador, los bosques saludables y fuertes son nuestro más cercanos aliados en nuestra batalla en contra el calentamiento global y cambio climático, para la cual debemos unir fuerzas y exigir a nuestros líderes la protección de nuestros bosques para asegurar a nuestro bienestar futuro y el de las generaciones por venir.
Publicado por: María Verónica Chang #GreenLeader de Fundación La Iguana